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Día del Pueblo Gitano Vasco
16 noviembre, 2019
MANIFIESTO de AMUGE, Asociación de Mujeres Gitanas de Euskadi:
Hoy, 16 de noviembre, se celebra el Día del Pueblo Gitano vasco. Para nosotras es una oportunidad para recordar la historia de nuestro pueblo en estas tierras, reivindicar nuestra participación en la sociedad en igualdad de condiciones y, sobre todo, el respecto de nuestros derechos, que históricamente han sido denegados.
Hace 15 años se puso en marcha el Consejo Gitano y el mismo año, un 16 de noviembre como hoy, se aprobó el primer Plan de la Comunidad Autónoma Vasca para la Promoción integral del Pueblo Gitano y la Participación Social “Euskadiqo ButaˇQo Lil Pal-E Satrujalimatenqo/ Integràlo / Amavipen Thaj Sociàli Participàcia E Rromane SelaˇQi”, con el objetivo de promover y coordinar acciones y políticas públicas para responder a las necesidades especificas del pueblo gitano vasco. Desde entonces, se estableció esta fecha para celebrar el Día del Pueblo Gitano de Euskal Herria.
En los años posteriores, se han elaborado estrategias vascas con el pueblo gitano, cuyos contenidos se han revisado y actualizado hasta el día de hoy. Estos instrumentos han representado un reconocimiento, desde las instituciones, de la gravedad de la situación del pueblo gitano vasco y son necesarios para responder a la realidad del pueblo gitano: un pueblo discriminado y marginalizado, a pesar de la fuerza de su gente, de la capacidad de resistencia que hemos demostrado generación tras generación, y de la voluntad de seguir adelante y luchar por nuestros derechos, muchas veces desde la periferia.
En un día como hoy, por lo tanto, alzamos nuestra voz y reivindicamos nuestra centralidad en la construcción de la historia y de la sociedad.
La necesidad de instrumentos normativos para con el pueblo gitano y de políticas públicas interculturales sigue vigente al día de hoy, puesto que seguimos viviendo en condiciones extremadamente precarias, sostenidas y perpetuadas por el antigitanismo – el odio especifico al pueblo gitano – que persiste como forma de racismo estructural en un sistema desigual, patriarcal y clasista.
En este sentido:
Denunciamos, tal y como indica el II Plan para la promoción integral y la participación social del Pueblo Gitano, que dos de cada tres familias gitanas vascas tienen dificultades para cubrir sus necesidades básicas, llegando los casos de pobreza más acuciante a cifrarse en un 42,9%, cifra duplica a la del resto de la población vasca.
Denunciamos, asimismo, que la esperanza de vida dentro de la comunidad gitana es considerablemente menor al resto de población, calculándose una diferencia de 20 años. Además, en el caso del pueblo gitano, al contrario de la sociedad mayoritaria vasca, la esperanza de vita de las mujeres es menor que la de los hombres: un dato alarmante y altamente significativo que revela las violencias transistémicas que nos atraviesan a las mujeres gitanas.
Denunciamos la escasa importancia que se le ha asignado a la educación del pueblo gitano; esto implica que se apliquen niveles mínimos de exigencia – tanto a nivel de contenido como a nivel organizativo – y la escasa importancia que se le ha dado al acceso de mujeres y hombres gitanos a una formación en euskera. En este sentido, no podemos dejar de mencionar que el único centro educativo de Bilbao con modelo lingüístico A, es un colegio donde el alumnado es, en gran mayoría, gitano.
Denunciamos las condiciones de vivienda del pueblo gitano: hacinadas en barrios guetizados, con escasa infraestructura y oferta socio-cultural, y que presentan numerosas situaciones de infravivienda. Además de estas dificultades estructurales, nos encontramos día a día con obstáculos causados por el odio al pueblo gitano y la discriminación que sufrimos: cotidianamente, nos niegan el alquiler tanto en inmobiliarias como en negociaciones privadas, por el simple hecho de ser gitanas.
Denunciamos el racismo en el ámbito laboral, que implica que tengamos menos posibilidades de acceso al mercado laboral formal. Una de las causas de esta desigualdad es la falta de formación, tal y como evidenciado en puntos anteriores. Sin embargo, incluso en el caso de personas gitanas con estudios, se nos niegan puestos de trabajo por el simple hecho de ser gitanas, a no ser que ocultemos nuestra identidad. Esto resulta en una tasa de ocupación del pueblo gitano considerablemente inferior a la del resto de la sociedad, a pesar de que la mayoría de personas gitanas trabaja en ocupaciones tradicionales precarias (mercadillos y chatarra), oficios impuestos históricamente por los mandatarios.
Denunciamos el paternalismo con el que se retrata a las mujeres gitanas, desde la sociedad paya y, además, desde ciertos sectores del feminismo hegemónico. Las representaciones del pueblo gitano y de la mujer gitana han ido respondiendo a intereses ideológicos y políticos; estos discursos retratan a la mujer gitana como víctima de nuestra cultura opresora, lo que sirve como pretexto para “colonizar” nuestro discurso, hablar por las mujeres gitanas, y ejercer control social sobre nosotras y nuestra forma de vivir.
Por lo tanto:
Reivindicamos una educación de calidad para el pueblo gitano. Eso significa: acabar con las escuelas y los barrios guetizados, garantizar una educación inclusiva e intercultural, que incorpore en el curriculum los conocimientos y la historia del pueblo gitano, y elaborar políticas y estrategias que garanticen que el alumnado gitano pueda promocionar con éxito. Para esto, es necesario que toda la comunidad educativa cuente con las herramientas y la formación necesaria para enfrentar este reto y actuar consecuentemente con los objetivos propuestos.
Demandamos políticas públicas e iniciativas que inviertan las tendencias descritas y que nos garanticen la posibilidad de vivir una vida digna y sana, con iguales oportunidades de acceso a la formación y al mercado laboral; una vida libre de violencias machistas y racistas, que nos permita tanto a mujeres como a hombres, niñas y niños gitanos desarrollar nuestras vidas libremente y en el respecto de la interculturalidad que requiere el contexto socio-político vasco en la actualidad.
Exigimos tener acceso a todos los derechos que nos corresponden como ciudadanía vasca, y que esos derechos se amplíen a todas las personas que desarrollan su proyecto vital en el país vasco. A la vez pretendemos mantener viva nuestra cultura, promover nuestros saberes y fortalecer los lazos comunitarios que tejemos día a día y que han caracterizado el caminar de nuestro pueblo a lo largo de la historia.